Conocida como “un continente en miniatura” ofrece mil contrastes en clima, paisajes y emociones
Ya es uno de los cinco primeros aeropuertos españoles que están autorizados a recibir vuelos internacionales y también su puerto es uno de los ocho que podrán comenzar a recibir cruceros. El Gobierno está estudiando la posibilidad de abrir “corredores” al turismo internacional en Baleares y Canarias. Pero, además, la isla recibe un gran número de turistas de la propia Gran Canaria y del resto de las islas del archipiélago, así como de la península.
Fuente: Enrique Sancho / Open Comunicación Fotografías: Turismo de Gran Canaria / Más información: http://www.grancanaria.com/turismo/es/
UN CONTINENTE EN MINIATURA

Un inspirado poeta, o un agudo publicista, definió hace tiempo Gran Canaria como “un continente en miniatura”. Durante años fue la frase más utilizada para definir a la isla. Pero no es sólo una idea bonita o un slogan con gancho: es la mejor definición de este lugar que, ya en tiempos lejanos, fue idealizado como sede del Paraíso.
En el pequeño círculo que forma la isla central de las Canarias es posible encontrar todos los climas
En el pequeño círculo que forma la isla central de las Canarias es posible encontrar todos los climas, disfrutar un enorme contraste de paisajes, sentir todas las emociones. Recorriendo los escasos cincuenta kilómetros que separan una costa de otra, en cualquiera de las direcciones, se puede pasar de las cálidas arenas que forman sus playas a las blancas cimas de su cumbre más alta, que lleva el simbólico nombre de Pico de las Nieves, con 1.950 metros de altura. En el camino se descubrirán majestuosas calderas, vertiginosos barrancos y acantilados sobre el mar, suaves valles cubiertos de vegetación, pequeños pueblos pintorescos…

Pero la principal aventura, el mejor descubrimiento es el de la gente que habita estos lugares. Todos diferentes: el pescador que reta cada día a la mar y que debe trabajar en equipo porque de ello depende su negocio y, con frecuencia, su vida; el agricultor, acostumbrado a mirar al cielo, no tanto para suplicar lluvias, como para adivinarlas en el horizonte; el pastor, que acompaña su soledad con los vuelos de su mente; el habitante de los diminutos pueblos o de las dinámicas ciudades, acostumbrado a los grupos de extraños que desde hace siglos han acudido a esta tierras.




La isla ya ha comenzado a prepararse con iniciativas de reactivación en la imagen de la isla, entre las que se incluye la campaña promocional #muchoporvivir
Pero todos ellos tienen algo en común: son gentes receptivas, cordiales, curiosamente abiertas, pese a vivir en una isla. Gentes que auxilian al viajero despistado, que orientan al extraviado, que comparten sus vidas y experiencias –y sus comidas y bienes si llega el caso– con esos “godos” peninsulares, continentales, mundiales que recorren sus tierras queriendo acaparar en unos días todos sus encantos.




UNA CAPITAL MODERNA Y ABIERTA
La visita a la isla suele iniciarse en la capital y por fuerte que sea la tentación de acudir a las inmensas playas del sur o descubrir su deslumbrante interior, vale la pena dedicarle un tiempo. Es, además, la forma más lógica y la que mejor se adapta a su propia historia. En efecto, fue en Las Palmas de Gran Canaria donde primero se asentaron los conquistadores, concretamente en el barrio de Guiniguada. A medida que la ciudad fue creciendo, las casas se desparramaron por las dos paredes del barranco, formando los barrios de Vegueta y Triana.
Precisamente aquí, en el centro de la Vegueta, un libro abierto sobre el pasado, debe comenzar la visita. La arquitectura neocolonial, representada en hitos como la Catedral o la Casa de Colón, dejan constancia de la fuerte personalidad atlántica de La Palmas de Gran Canaria, un cruce de caminos y de culturas. Caminando sobre el empedrado de estas calles se viaja a otro tiempo, paseando por ejemplo junto al lugar donde el descubridor de América recitó sus oraciones antes de zarpar de nuevo. Algunos chistosos cuentan que en la catedral es posible estudiar una gran parte de la historia del arte. En efecto, el exterior neoclásico con algo de barroco, oculta un interior del período gótico tardío con bellos tesoros como el precioso Cristo de Luján Pérez.




Triana fue en sus orígenes un barrio marinero, aunque hoy sólo la ermita de San Telmo recuerda aquel pasado. La calle principal se llama también Triana y en ella están los principales comercios de la ciudad y un escaparate inmenso de lo mejor que se fabrica en el mundo. Cerca está la calle Cano, donde se encuentra la casa-museo de Pérez Galdós, donde nació el autor de los Episodios Nacionales en 1843.
No es el único personaje famoso de Gran Canaria; ubicado en un lugar excepcional, en uno de los extremos de la playa de Las Canteras, un gigantesco edificio da nombre a otro de sus más prestigiosos hijos: el Auditorio Alfredo Kraus, un vanguardista icono de la ciudad. Precisamente Las Canteras, junto al puerto de La Luz en el istmo de la Isleta es otro de los puntos más animados y visitados por los turistas




Antes de abandonar la zona, vale la pena hacer una visita –y si se puede alojarse– en el hotel Santa Catalina, reconocido como mejor hotel histórico de lujo de Europa. Historia y glamour no le faltan, por él han pasado Ava Gardner, Winston Churchill, Agatha Christie, Gregory Peck o María Callas. Y lujo, tampoco. El hotel está gestionado ahora por Barceló Hotel Group, bajo el sello de Royal Hideaway Hotel que incluye los más representativos de la cadena, que ha realizado una cuidada y rigurosa renovación que logra ensalzar su original identidad británica y preservar su patrimonio artístico del siglo XIX y XX, sumergiendo al huésped en una experiencia de cinco estrellas gran lujo.




Gran Canaria es uno de los destinos que antes comenzarán a recuperarse en cuanto pase la crisis del coronavirus. Ya es uno de los cinco primeros aeropuertos españoles que están autorizados a recibir vuelos internacionales y también su puerto es uno de los ocho que podrán comenzar a recibir cruceros. El Gobierno está estudiando la posibilidad de abrir “corredores” al turismo internacional en Baleares y Canarias.
Pero, además, la isla recibe un gran número de turistas de la propia Gran Canaria y del resto de las islas del archipiélago, así como de la península. La isla ya ha comenzado a prepararse para ello, Turismo de Gran Canaria invertirá hasta 20 millones de euros en proyectos encaminados a la reactivación de la imagen de Gran Canaria y a la rehabilitación de infraestructuras turísticas.
Ello se une a iniciativas de reactivación de la imagen de la isla entre las que se incluye la campaña promocional #muchoporvivir, enfocada principalmente al turismo local. Desde la capital de la isla se insiste especialmente en que Canarias en general, y Gran Canaria en particular, han resistido la pandemia de una forma especialmente favorable, de modo que se trata de un destino seguro en lo sanitario y en lo que se refiere a la seguridad ciudadana y pública.
Gran Canaria (II) – Uno de los primeros destinos turísticos en recuperarse… por méritos propios
