Ser un ‘Gille’: un proceso a la altura de tener un carnaval reconocido por la UNESCO


Carnaval de Binche – del 23 al 25 de febrero


El Carnaval de Binche es uno de los carnavales más antiguos, curiosos y locales de Europa y se celebra en la región valona de Bélgica.
Los candidatos a ser un ‘Gille’ deben cumplir con una serie de exigentes criterios que ayudan a preservar el arraigo de esta festividad

Fuente: Promotourist / Fotografías: Promotourist



Ubicada a escasos 15 kilómetros de la capital cultural de Valonia, Mons, la pequeña localidad de Binche se llena de color y multitudes cuando llega carnaval, ya que este municipio alberga uno de los más antiguos e icónicos de Europa, que fue declarado Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO en 2003: el Carnaval de Binche.

Si hay algo – o alguien – que hace del de Binche un carnaval único son sus protagonistas: los Gilles. Más allá de la espectacularidad de sus máscaras de cera con gafas y bigote y sus coloridos trajes, las estrictas normas que hay que cumplir para llegar a ser un Gille son la razón por la cual esta fiesta mantiene su folclore y familiaridad.



Solo pueden ser Gilles todos aquellos hombres mayores de edad nacidos en Binche o que hayan residido en la localidad durante los últimos cinco años. Aunque si un hombre es capaz de demostrar que sus antepasados fueron binchois, también se le permitirá desfilar como Gille durante el Mardi Gras – el martes de Carnaval, el único día que están autorizados a participar.

La mujer tiene un papel crucial en el carnaval a pensar de no poder enfundarse el traje: tradicionalmente, es la persona que tiene el cometido de inspirar a las nuevas generaciones a que se acojan a las costumbres, los bailes y las normas del Carnaval de Binche.

Aunque un hombre cumpla con la condición de ser binchois, solo podrá ser un Gille si dos integrantes de su asociación de Gilles que se hayan disfrazado durante al menos los últimos cinco años lo ‘avalan’ como un buen candidato para formar parte del festival. De la misma manera, aunque se consiga esta aprobación, tampoco está permitido enfundarse el traje y ponerse la máscara si hace menos de diez años que se ha participado en otro carnaval disfrazado de Gille.



Una vez superado el rocambolesco camino que permite a los binchois ser parte de las comparsas, el comportamiento se convierte en una clave fundamental. Un Gille debe mostrar una buena conducta durante el carnaval y respetar el baile tradicional, con lo no está bien vista la ingesta de bebidas alcohólicas – aunque no está estrictamente prohibida. De la misma manera, la buena presencia es un valor añadido, ya que, por ejemplo, no se pueden vestir guantes y se solicita que el pelo de la persona no sobrepase el pasador que se lleva en el cabello.

Además, una de las grandes curiosidades de este carnaval es que el traje de Gille no vuelve a casa de ninguno de los protagonistas: cada año los Gilles tienen que alquilar su disfraz, no pueden tenerlo en propiedad. De la misma manera, y dado al gran vínculo de esta figura con Binche, está prohibido salir del municipio con el colorido traje. Así lo marca uno de los dichos populares más conocidos de la localidad: “¡Un Gilles nunca se va!”.